Descripción
El 3 de julio de 1549 se produjo un incendio en el Hospital Real de Granada. En medio de la indecisión de los habitantes, san Juan de Dios se arrojó a través del fuego empezando a salvar enfermos que imploraban socorro. Libró también del fuego mobiliario y enseres y, empuñando un hacha, subió a los tejados más altos cortando vigas y maderas para impedir la propagación del incendio. Cuando se daba por perdida su vida, apareció entre llamas y humo tan solo con las cejas chamuscadas. La escena representa esta narrativa en donde se ve al santo rescatando a los enfermos del edificio en llamas. La población observa y algunos personajes se hincan al observar al santo salir de las llamas prácticamente ileso. Se observa la presencia del arcángel San Gabriel.